El Real Madrid comienza la temporada tal y como acabó la anterior, ganando un título. La Supercopa es de esos trofeos que si los ganas todo el mundo está tan feliz pero parece que no pasa nada y si los pierdes se convierte en la primera decepcion y pre-crisis del año. Fue una victoria de la épica, más que del fútbol. Este equipo lleva dos años demostrando que aunque no tenga mucho fútbol siempre le quedará el orgullo y el carácter ganador. En eso, pocos conjuntos son mejores que él. Jamás se rinde y contra el Valencia dio la vuelta al marcador jugando sólo con nueve futbolistas, por las expulsiones de Van der Vaart y Van Nistelrooy.
Las sensaciones de juego que deja en este primer compromiso oficial el Madrid no son demasiado optimistas. Así que esta mala impresión debe servir para que Bernd Schuster y Pedja Mijatovic efectúen los ajustes necesarios en el equipo, sabiendo que aún estamos en verano y el invierno es muy largo. Y por si fuera poco, si fallan todas las conexiones siempre puede aparecer Iturralde para animar el partido. Este árbitro, siempre protagonista allá donde va, expulsó a Van der Vaart por una entrada a Mata cerca del descanso y con esa decisión encendió los ánimos del público, que le regaló una espectacular ovación quizá destinada en principio al suplente Robinho, que no jugó, y del Madrid, que salió de los vestuarios revolucionado.
Y por ahí ganó la Supercopa. Con esos argumentos y con las carreras de Robben por la banda derecha, donde volvió loco a Moretti. El holandés fue, con diferencia, el mejor del Madrid. Rápido, incisivo, profundo, una alegría para los ojos del madridismo, tan falto de futbolistas de este corte.
El Valencia mostró ser un conjunto muy bien situado en el campo y apuntó esa capacidad que tuvo años atrás de aprovechar sus virtudes y exagerar los defectos del contrario. Ahogó al Madrid durante el primer tiempo, en el que se vio a Pepe y a Heinze, los dos centrales, tocando el balón más veces que los desaparecidos Van der Vaart y Guti. El tulipán apareció una vez y se ganó la roja. Por ahí empezó el arbitro a cargarse el partido, pues anteriormente había dejado sin amonestar varias entradas de jugadores del conjunto che a los jugadores merengues.
Parecía todo controlado para el Valencia, pero en la segunda parte se vivió un encuentro distinto, con el Madrid desatado, atacando sin mirar atrás y apabullando a su rival por ganas, empuje y pasión. Empató Van Nistelrooy de penalti y poco después fué expulsado por Iturralde. Ahora ya, Iturralde se convierte en el principal protagonista del encuentro y se carga definitivamente la Supercopa. Aún así, el Madrid siguió buscando la remontada con una fe y una pasión sin freno. Y el premio le llegó con el tanto de Sergio Ramos, después de un remate al larguero de Diarra en un córner lanzado por Guti. Continuó la revolución madridista, entre el entusiasmo de los presentes en el estadio, y De la Red firmó el gol de la noche, al batir desde muy lejos a un mal colocado Hildebrand. Cerró la fiesta del madridismo el de siempre, el que aparece sólo cuando hay algo que celebrar, Gonzalo Higuaín. Entre medias surgió, como no podía ser menos, la figura de Casillas, para desviar un buen tiro de Villa. No pudo evitar Iker el tanto de Morientes, una anécdota entre tanta felicidad madridista.
Video resumen de un partido que pasará a los anales de la historia del fútbol como una de las remontadas más épicas que se recuerden:
El crack del partido no fué otro que Arjen Robben. El mejor del Madrid sin ninguna duda con una segunda parte esplendorosa. Cuando más le necesitaba su equipo apareció y se echó el peso ofensivo del Madrid a sus espaldas, volviendo loca a la defensa valencianista por todo el frente del ataque y en especial al lateral italiano Moretti. Su actitud y su juego llevaron en volandas a un Madrid diezmado por el arbitro.
Lo peor del partido fué el arbitraje de Iturralde González que no midió con el mismo rasero algunas entradas previas de jugadores del Valencia, en especial una de David Silva a Sergio Ramos. Así pues dejó al conjunto merengue con 9 jugadores sobre el terreno de juego, sirviéndole en bandeja el trofeo a los jugadores ché. La roja directa que muestra a Van der Vaart a cinco minutos del descanso debería de haberse saldado simplemente con amarilla, en aras de los indultos previos a jugadores valencianos y de que el jugador merengue encoje la pierna en los instantes previos a la entrada. Y la segunda amarilla que le muestras a Van Nistelrooy, y que conlleva su expulsión del encuentro, debería de habersela ahorrado pues el jugador holandés contacta primero directamente con el balón (toca balón) y no con la pierna de Baraja. Debió expulsar a Raúl Albiol en el minuto 48 y simplemente lo dejó en tarjeta amarilla, al desviar con la mano en la linea de gol el remante de Van Nistelrooy desmantelando una ocasión manifiesta de gol. En resumen, dejó al Real Madrid con diez jugadores durante 50 minutos de juego y con nueve jugadores durante 20 minutos de juego, cuando ambos jugadores deberían de haber acabado el partido. Por contra, no explusó a Albiol cuando quedaban 45 minutos de juego, concediéndole al Valencia la posibilidad de jugar durante todo el segunodo tiempo con un jugador de más que realmente debería de haber sido expulsado. A saber: 50 minutos sin VdV + 20 minutos sin RvN + 45 minutos con Albiol = le hizo un destrozo al Real Madrid de ¡¡¡ 115 MINUTOS !!!
MI VERDAD.
De la Supercopa de España, trofeo previo al inicio de la competición liguera, no se deben extraer muchas conclusiones todos los años, si bien, muestra una radiografía del estado actual de los equipos participantes. Y el scaner hecho al Real Madrid deja conclusiones importanes que vienen de lejos en el tiempo. Así, el equipo que dirige Bern Schuster sigue sin dominar los partidos pues carece de fútbol en varios de sus jugadores y, además, carece de profundidad ya que es un equipo asimétrico que renuncia en ataque a una de las bandas y los jugadores de tres cuartos de cancha hacia delante, salvo alguna excepción como Robben, no tienen capacidad de sorpresa, puesto que la velocidad nunca ha sido una de sus virtudes y a estas edades menos. Lo que no se le puede criticar a la plantilla madridista es su compromiso con la causa, tan añorado por estos lugares en años pasados. Y es que al equipo aún le dura la mano de pintura que le dió mi añorado Don Fabio Capello. Hay que recordar que la base del exitoso equipo que ganó "La Séptima", y si me apuran la octava Copa de Europa, es obra del arquitecto italiano, ahora en tierras inglesas. Además, las sensaciones que transmitió el equipo campeón del año pasado fueron las mismas que impregnó Don Fabio al equipo que ganó la Liga en la temporada anterior. Y esto es, un equipo duro, aguerrido, luchador, bien armado atrás, no dando un balón por perdido, aprovechando las pocas o muchas ocasiones que dispusiese, etc..., es decir, los mimbres de un equipo competitivo al ciento por ciento. Si bien es cierto que el equipo de Capello no jugaba un pimiento al fútbol, no es menos cierto que el Madrid de Schuster de la pasada temporada no jugó ni a la "taba" en la mayor parte de la temporada. Y es que no nos podemos dejar engañar por unos resultados que enmascaran el juego y las sensaciones que transmite un conjunto, tales como los 18 puntos al Barcelona el año pasado ó el 4-2 jugando con nueve de esta Supercopa. La temporada es larga y, al final, suele poner a cada uno en su sitio. Y este Madrid parece destinado a ser un equipo que pelee por ganar la Liga hasta el final del campeonato, que haga lo mismo en la Copa del Rey, siempre y cuando no caiga eliminado a las primeras de cambio como viene siendo costumbre en los últimos años, y que a priori no figure entre los principales candidatos a conquistar la Champions League, como viene siendo habitual también en las últimas temporadas. Por todo ello, la Junta Directiva del club se debe plantear seriamente la venta de Robinho para devolver la paz deportiva y social al equipo y el fichaje de un sustituto, ya sea Quaresma, Diego Capel u otro que tenga capacidad para defender la camiseta blanca. Y el entrenador se debería de ir planteando lo de considerar siempre a Raúl titular indiscutible por muy capitán que sea del equipo, pués con él en el campo el equipo pierde simetría en ataque, ya que una de las dos bandas está coja puesto que el ní ha sido ní ahora menos es un jugador de desborde. Lo de los problemas de juego tendrá una solución parcial cuando juege Gago y regrese a los terrenos de juego Sneijder. El medio centro argentino es el jugador más indicado para jugar por delante de la defensa ya que a su salida limpia de balón une su gran capacidad para cubrir gran parte del medio campo del Madrid, ésta última cualidad era desconocida en él cuando jugaba en Argentina y me temo que el haber pasado este jugador por las manos de mi venerado Capello ha echo que acople a su juego esa condición que es indispensable que tenga el mediocentro de un gran equipo europeo: distribución aseada del balón y capacidad de quite. Y por consiguiente, la vuelta de Wesley Sneijder dotará al equipo de dinamismo, gol y jugadas de estrategia, pese a que Van der Vaart también es un seguro a balón parado y en disparos desde fuera del area. Con la puesta en marhca de todas estas medidas seguro que el equipo debería de ir a más y poder optar así a ser considerado entre los máximos favoritos en todas las competiciones en que participe, incluida la Champions League, por supuesto. Para finalizar esta extensa reflexión no me gustaría dejar de decir que lo fácil es comentar todo esto desde la derrota y no desde la victoria tal y como lo estoy puntualizando yo en esta columna, pues lo más impotante en el fútbol es ser saber ser crítico con las victorias de tu equipo, ya que cuando un equipo pierde es muy fácil extraer los aspectos negativos que acopañan a los malos resultados.
Aquí os dejo mi equipo base de cara a esta temporada, adecuándome a la plantilla que actualmente tiene el equipo y al 4-3-3 con el que mayoritariamente juega Schuster:
Casillas; S. Ramos, Pepe, Cannavaro, Heinze; Gago, Van der Vaart ó Guti, Sneijder; Robben, Van Nistelrooy y Quaresma ó Capel ó ¿?
Las sensaciones de juego que deja en este primer compromiso oficial el Madrid no son demasiado optimistas. Así que esta mala impresión debe servir para que Bernd Schuster y Pedja Mijatovic efectúen los ajustes necesarios en el equipo, sabiendo que aún estamos en verano y el invierno es muy largo. Y por si fuera poco, si fallan todas las conexiones siempre puede aparecer Iturralde para animar el partido. Este árbitro, siempre protagonista allá donde va, expulsó a Van der Vaart por una entrada a Mata cerca del descanso y con esa decisión encendió los ánimos del público, que le regaló una espectacular ovación quizá destinada en principio al suplente Robinho, que no jugó, y del Madrid, que salió de los vestuarios revolucionado.
Y por ahí ganó la Supercopa. Con esos argumentos y con las carreras de Robben por la banda derecha, donde volvió loco a Moretti. El holandés fue, con diferencia, el mejor del Madrid. Rápido, incisivo, profundo, una alegría para los ojos del madridismo, tan falto de futbolistas de este corte.
El Valencia mostró ser un conjunto muy bien situado en el campo y apuntó esa capacidad que tuvo años atrás de aprovechar sus virtudes y exagerar los defectos del contrario. Ahogó al Madrid durante el primer tiempo, en el que se vio a Pepe y a Heinze, los dos centrales, tocando el balón más veces que los desaparecidos Van der Vaart y Guti. El tulipán apareció una vez y se ganó la roja. Por ahí empezó el arbitro a cargarse el partido, pues anteriormente había dejado sin amonestar varias entradas de jugadores del conjunto che a los jugadores merengues.
Parecía todo controlado para el Valencia, pero en la segunda parte se vivió un encuentro distinto, con el Madrid desatado, atacando sin mirar atrás y apabullando a su rival por ganas, empuje y pasión. Empató Van Nistelrooy de penalti y poco después fué expulsado por Iturralde. Ahora ya, Iturralde se convierte en el principal protagonista del encuentro y se carga definitivamente la Supercopa. Aún así, el Madrid siguió buscando la remontada con una fe y una pasión sin freno. Y el premio le llegó con el tanto de Sergio Ramos, después de un remate al larguero de Diarra en un córner lanzado por Guti. Continuó la revolución madridista, entre el entusiasmo de los presentes en el estadio, y De la Red firmó el gol de la noche, al batir desde muy lejos a un mal colocado Hildebrand. Cerró la fiesta del madridismo el de siempre, el que aparece sólo cuando hay algo que celebrar, Gonzalo Higuaín. Entre medias surgió, como no podía ser menos, la figura de Casillas, para desviar un buen tiro de Villa. No pudo evitar Iker el tanto de Morientes, una anécdota entre tanta felicidad madridista.
Video resumen de un partido que pasará a los anales de la historia del fútbol como una de las remontadas más épicas que se recuerden:
El crack del partido no fué otro que Arjen Robben. El mejor del Madrid sin ninguna duda con una segunda parte esplendorosa. Cuando más le necesitaba su equipo apareció y se echó el peso ofensivo del Madrid a sus espaldas, volviendo loca a la defensa valencianista por todo el frente del ataque y en especial al lateral italiano Moretti. Su actitud y su juego llevaron en volandas a un Madrid diezmado por el arbitro.
Lo peor del partido fué el arbitraje de Iturralde González que no midió con el mismo rasero algunas entradas previas de jugadores del Valencia, en especial una de David Silva a Sergio Ramos. Así pues dejó al conjunto merengue con 9 jugadores sobre el terreno de juego, sirviéndole en bandeja el trofeo a los jugadores ché. La roja directa que muestra a Van der Vaart a cinco minutos del descanso debería de haberse saldado simplemente con amarilla, en aras de los indultos previos a jugadores valencianos y de que el jugador merengue encoje la pierna en los instantes previos a la entrada. Y la segunda amarilla que le muestras a Van Nistelrooy, y que conlleva su expulsión del encuentro, debería de habersela ahorrado pues el jugador holandés contacta primero directamente con el balón (toca balón) y no con la pierna de Baraja. Debió expulsar a Raúl Albiol en el minuto 48 y simplemente lo dejó en tarjeta amarilla, al desviar con la mano en la linea de gol el remante de Van Nistelrooy desmantelando una ocasión manifiesta de gol. En resumen, dejó al Real Madrid con diez jugadores durante 50 minutos de juego y con nueve jugadores durante 20 minutos de juego, cuando ambos jugadores deberían de haber acabado el partido. Por contra, no explusó a Albiol cuando quedaban 45 minutos de juego, concediéndole al Valencia la posibilidad de jugar durante todo el segunodo tiempo con un jugador de más que realmente debería de haber sido expulsado. A saber: 50 minutos sin VdV + 20 minutos sin RvN + 45 minutos con Albiol = le hizo un destrozo al Real Madrid de ¡¡¡ 115 MINUTOS !!!
MI VERDAD.
De la Supercopa de España, trofeo previo al inicio de la competición liguera, no se deben extraer muchas conclusiones todos los años, si bien, muestra una radiografía del estado actual de los equipos participantes. Y el scaner hecho al Real Madrid deja conclusiones importanes que vienen de lejos en el tiempo. Así, el equipo que dirige Bern Schuster sigue sin dominar los partidos pues carece de fútbol en varios de sus jugadores y, además, carece de profundidad ya que es un equipo asimétrico que renuncia en ataque a una de las bandas y los jugadores de tres cuartos de cancha hacia delante, salvo alguna excepción como Robben, no tienen capacidad de sorpresa, puesto que la velocidad nunca ha sido una de sus virtudes y a estas edades menos. Lo que no se le puede criticar a la plantilla madridista es su compromiso con la causa, tan añorado por estos lugares en años pasados. Y es que al equipo aún le dura la mano de pintura que le dió mi añorado Don Fabio Capello. Hay que recordar que la base del exitoso equipo que ganó "La Séptima", y si me apuran la octava Copa de Europa, es obra del arquitecto italiano, ahora en tierras inglesas. Además, las sensaciones que transmitió el equipo campeón del año pasado fueron las mismas que impregnó Don Fabio al equipo que ganó la Liga en la temporada anterior. Y esto es, un equipo duro, aguerrido, luchador, bien armado atrás, no dando un balón por perdido, aprovechando las pocas o muchas ocasiones que dispusiese, etc..., es decir, los mimbres de un equipo competitivo al ciento por ciento. Si bien es cierto que el equipo de Capello no jugaba un pimiento al fútbol, no es menos cierto que el Madrid de Schuster de la pasada temporada no jugó ni a la "taba" en la mayor parte de la temporada. Y es que no nos podemos dejar engañar por unos resultados que enmascaran el juego y las sensaciones que transmite un conjunto, tales como los 18 puntos al Barcelona el año pasado ó el 4-2 jugando con nueve de esta Supercopa. La temporada es larga y, al final, suele poner a cada uno en su sitio. Y este Madrid parece destinado a ser un equipo que pelee por ganar la Liga hasta el final del campeonato, que haga lo mismo en la Copa del Rey, siempre y cuando no caiga eliminado a las primeras de cambio como viene siendo costumbre en los últimos años, y que a priori no figure entre los principales candidatos a conquistar la Champions League, como viene siendo habitual también en las últimas temporadas. Por todo ello, la Junta Directiva del club se debe plantear seriamente la venta de Robinho para devolver la paz deportiva y social al equipo y el fichaje de un sustituto, ya sea Quaresma, Diego Capel u otro que tenga capacidad para defender la camiseta blanca. Y el entrenador se debería de ir planteando lo de considerar siempre a Raúl titular indiscutible por muy capitán que sea del equipo, pués con él en el campo el equipo pierde simetría en ataque, ya que una de las dos bandas está coja puesto que el ní ha sido ní ahora menos es un jugador de desborde. Lo de los problemas de juego tendrá una solución parcial cuando juege Gago y regrese a los terrenos de juego Sneijder. El medio centro argentino es el jugador más indicado para jugar por delante de la defensa ya que a su salida limpia de balón une su gran capacidad para cubrir gran parte del medio campo del Madrid, ésta última cualidad era desconocida en él cuando jugaba en Argentina y me temo que el haber pasado este jugador por las manos de mi venerado Capello ha echo que acople a su juego esa condición que es indispensable que tenga el mediocentro de un gran equipo europeo: distribución aseada del balón y capacidad de quite. Y por consiguiente, la vuelta de Wesley Sneijder dotará al equipo de dinamismo, gol y jugadas de estrategia, pese a que Van der Vaart también es un seguro a balón parado y en disparos desde fuera del area. Con la puesta en marhca de todas estas medidas seguro que el equipo debería de ir a más y poder optar así a ser considerado entre los máximos favoritos en todas las competiciones en que participe, incluida la Champions League, por supuesto. Para finalizar esta extensa reflexión no me gustaría dejar de decir que lo fácil es comentar todo esto desde la derrota y no desde la victoria tal y como lo estoy puntualizando yo en esta columna, pues lo más impotante en el fútbol es ser saber ser crítico con las victorias de tu equipo, ya que cuando un equipo pierde es muy fácil extraer los aspectos negativos que acopañan a los malos resultados.
Aquí os dejo mi equipo base de cara a esta temporada, adecuándome a la plantilla que actualmente tiene el equipo y al 4-3-3 con el que mayoritariamente juega Schuster:
Casillas; S. Ramos, Pepe, Cannavaro, Heinze; Gago, Van der Vaart ó Guti, Sneijder; Robben, Van Nistelrooy y Quaresma ó Capel ó ¿?
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