En esta semana de pausa futbolísitica a nivel clubes debido al partido amistoso que enfrentará dentro de unas horas a la Selección de España con la de Chile, vamos a hacer una incursión en el mundo de la canasta para analizar uno de los hechos por los que el Real Madrid de Baloncesto ha empezado la temporada ofreciendo tan malas sensaciones.
Tras el fracaso espectacular del año pasado, este verano se apostó por una línea más física dentro del equipo, sustituyéndose a jugadores como Charles 'La Araña' Smith y Blagota Sekulic por dos jugadores fibrados muscularmente como son Quinton Hosley y Jeremiah Massey, además del cambio de 'Pepe' Sánchez por Karem Tünceri.
Esta apuesta por el físico de la sección de basket merengue por contra se ve mermada en el juego interior donde tan solo un jugador supera los 2,05 metros dentro de la pintura. Y si encima ese jugador es el griego Lazaros Papadopoulos, uno de los mayores fracasos tanto económicos como deportivos que uno recuerda en mucho tiempo, pues ya me contarán...
De manera que los 'poco altos' jugadores interiores de Joan Plaza tienen que salir a combatir con pivots que en el peor de los casos los casos les han llegado a sacar ¡¡24 centímetros!! de diferencia, como en el partido de la Euroliga frente al Partizan de Belgrado del gigante e inoperante montenegrino Slavko Vraneš.
Cierto es que no todos los equipos cuentan en su filas con un jugador de casi 2,30 metros, pero no es menos cierto que la gran mayoría de los conjuntos punteros, tanto en ACB como en Euroliga, cuentan al menos con un center solvente dentro de la zona, capaz de frenar las acometidas rivales en defensa y de ser el referente ofensivo en los sistemas interiores de ataque.
Y en esas está el Real Madrid, con Felipe Reyes y Hervelle peleándose contra el Mundo, ya que hasta el momento Massey no ha demostrado el porqué de su fichaje (de todos modos es un 2,02 siendo muy generoso), Hamilton tras su lesión de dos años tiene fuelle para cinco o diez minutitos de baja exigencia y Lazaros Papadopoulos, el jugador mejor pagado de la plantilla con alrededor de 2 'kilos' de ficha, anda igual de perdido que hace 15 meses, cuando aterrizó en la casa blanca procedente del Dinamo de Moscú, con el que asombró a toda Europa convirtiéndose por derecho propio en uno de los mejores centers del viejo continente, también gracias a sus actuaciones con la Selección de Grecia, de la que en estos momentos está fuera. Así era Lazaros Papadopoulos antes de llegar al Real Madrid, en un partido de la Euroliga que enfrentaba a su equipo, el Dinamo de Moscú, frente al Efes Pilsen de Estambul; increible pero cierto:
Jugando al basket con dos 'cuatros' te da opciones de correr el contraataque, de presionar en toda la cancha,... pero te resta mucho más que te da. Y es que no hay más que ver a este equipo, que como no le está funcionando hasta el momento el juego exterior, le plantan una zona los entrenadores rivales y las opciones de ataque se atascan una y otra vez, con pérdidas de balón lamentables que provocan que el equipo sufra partido si y partido también numerosísimas jugadas a la contra.
La situación actual del juego interior del Real Madrid no tiene nada que envidiar a la de los últimos 14 años, en donde tras la marcha de Arvidas Sabonis a la NBA cada fichaje que ha ido haciendo el club temporada tras temporada se ha ido convirtiendo en un autentico 'Expediente X'.
Y lo cierto es que han probado de todo, han venido pivots contrastados, sin contrastar, con experiencia, sin ella, de gran calidad, de inferior calidad, con buena muñeca, de mala mano, muy físicos, poco consistentes, con una edad muy joven, demasiado veteranos, con inversiones millonarias, a coste cero...
Desde que el pivot lituano emprendió su marcha a los Portland Trail Blazers de la NBA, por la zona del equipo merengue han desfilado nada menos que ¡¡40 jugadores distintos!! en 14 temporadas, los que ofrece una media de ¡¡casi 3 jugadores nuevos por temporada!!, más concretamente 2,86 por año, lo que indica el escaso acierto a la hora de elegir los jugadores a incorporar.
El único jugador de prestaciones sobresalientes para el equipo durante varios años ha sido Joe Arlauckas, que curiosamente ya se encontraba en la época de Sabonis en el equipo blanco. El ala-pívot norteamericano de raza blanca quedará en el recuerdo para todos gracias a sus sesenta y tantos... puntos en la Euroliga frente a la Buckler de Bologna.
Únicamente cuatro jugadores presentan o han presentado números acorde con lo que debe de ser un jugador interior en el Club más laureado de toda Europa. Felipe Reyes, el actual capitán y referente de este equipo es el último en llegar, cumple su quinta temporada en el equipo y con sus escasos 2,03 metros se pelea con todo el mundo dentro de la pintura. Los otros tres tienen en común la circunstancia de que pese a haber realizado unos números excelentes, por encima de los 15 puntos y entre 7 y 10 rebotes por partido, todos ellos fueron despedidos por el club habiendo llegado a jugar únicamente una temporada. Son los casos del yugoslavo Zoran Savic, del americano Tanoka Beard y del letón Kaspars Kambala, unos acusados de ser poco consistentes en defensa, otros de engordar la estadística en los llamados minutos de la basura...
Con un buen rendimiento aún sin llegar a tener una estadística demoledora aparecen solo tres jugadores: los belgas Eric Struelens y Axel Hervelle, además del irlandés Pat Burke. Todos ellos, jugadores de club, disciplinados tácticamente, aplicados en defensa y con talento para definir en ataque cuando tuviesen su oportunidad. El irlandés llegó en medio de una temporada para parchear las carencias interiores del equipo, y a buen seguro que lo consiguió, ganándose la renovación dadas sus buenas prestaciones, mientras que Struelens aportó al club las mismas soluciones que está aportando en estos momentos Hervelle: puntos y rebotes en beneficio del equipo.
Uno de los mayores núcleos dentro de los jugadores que han ido desfilando a lo largo de estos casi tres lustros es el de los jugadores que cumplieron con un aprobado muy raspado. En este grupo estarían incluidos jugadores como Alfonso 'Robocop' Reyes, el fino estilista griego Antonis Fotsis, Venson Hamilton cuando ha estado disponible, Iker Iturbe y Marko Milic en momentos determinados, Juan A. Orenga en labores defensivas, Blagota Sekulic en su primer año, Zan Tabak de manera irregular dado su alto caché, Ratko Varda hasta que cayó lesionado de gravedad, o el checo Jiri Zidek con aportaciones desde los 6,25 cuando los aleros no tenían el día.
El grupo más numeroso, sin duda, es el de aquellos jugadores que pasaron por el equipo sin pena ni gloria y que está formado por los jugadores de cantera además de los gigantes testimoniales como Nedžad Sinanović, Andy Betts y Rolf Van Rijn y del hasta ahora ausente Jeremiah Massey. Los citados jugadores de cantera que nunca pudieron demostrar su valía en la pintura del Real Madrid han sido la estrella en categorías inferiores Pablo Aguilar, el otrora joya de la corona José Antelo, la gran promesa Antonio Bueno, Eduardo Hernández-Sonseca (triunfando en la 'Penya'), Maciej Lampe (triunfando en el Khimki), la promesa Martín Ferrer, el inédito y gran valor de futuro Nikola Mirotic y el espigado Nacho Romero.
Entramos en la zona caliente, la de los fracasos, que la vamos a dividir en dos grupos, por un lado nos vamos a ocupar de aquellos jugadores que fracasaron sin más, bien porque su contrato no era muy oneroso, por su edad o porque tampoco se podía esperar que rindiesen como autenticas estrellas, y por el otro lado nos vamos a ocupar de los fracasos mayúsculos dentro del equipo, dadas sus pretensiones económicas y la fama de que llegaron precedidos.
Dentro de los primeros, como fracasos sin más, se encuentra un único jugador nacional, el poco productivo en ataque y limitado en defensa Juanan Morales, además de los americanos Derrick Alston (bastante apático), Bobby Martin (muñeca fria), Brent Scott (se fue igual que llegó) y Eric Meek (poco bagaje). También estaría en este grupo el inoperante ruso Mikhail Mikhailov (afamado defensor, ni defendía ni atacaba), el blando australiano Paul Rogers y el atlético y poco productivo en ataque, el francés Jerome Moiso.
Dentro de los segundos, como fracasos rotundos y mayúsculos, se encuentran dos jugadores. Uno de ellos es el actual center del equipo, el greco-ruso Lazaros Papadopoulos y el otro es el serbo-greco Dragan Tarlac, ambos precedidos de una gran fama y con unos elevadísimos contratos, por lo que se esperaba mucho más de los dos. Además, su idéntica e introvertida personalidad ha quedado en evidencia como una de las posibles claves de sus sonados fracasos.
¿Acertarán con el próximo fichaje interior? ¿Cuando vendrá? ¿Será en lugar de Lazaros Papadopoulos?..... Pues no se sabe, pero visto lo visto...
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