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sábado, 15 de noviembre de 2008

LOS SECRETOS DE ALCOBA DE RAÚL GONZÁLEZ...

Cuantas veces no hemos oído hablar de que Raúl, el delantero del Real Madrid, tiene en su casa una habitación con una cama especial en donde duerme y hace que mejore su estado físico, y no sabíamos muy bien en que consistía. Pues bien, en el día de hoy disiparemos todas las dudas a cerca de la Cámara Hipobárica de Raúl y de muchos otros deportistas de élite, pues el capitán del Real Madrid no es el único que utiliza estas terapias basadas en el principio de la Hipoxia.

Raúl González Blanco, delantero del Real Madrid, sufrió una grave lesión de rodilla a finales del 2005, por lo que tuvo que estar de baja alrededor de seis meses. Una vez recuperado de la lesión traumática tuvo que adquirir mayor volumen en las piernas, fortalecer los cuádriceps y potenciar el tren superior, a la par de llevar una vida ordenada en cuanto a alimentación y descansos se refiere. De tal forma que los fisioterapeutas se convirtieron en sus mejores y más allegados amigos, se tuvo que ejercitar en la nieve, tuvo que realizar baños en agua a punto de congelarse y el último paso que dio, con el respaldo del club, fue adentrarse en el mundo de las Cámaras de Hipoxia, bajo una habitación blindada.

La importancia de la altitud en el entrenamiento de los deportistas data de hace más de cuatro décadas, cuando se llegó a la conclusión de que en altura el rendimiento físico era muy superior con respecto al nivel del mar y que de modo natural sólo se podía hacer en determinados puntos y en cortos periodos de tiempo, con la correspondiente adaptación. A la finalización de los JJOO de México'64 se llegó a la conclusión de que aún habiéndose conseguido peores registros en la mayoría de las especialidades debido a la altitud (2300 metros sobre el nivel del mar), en algunas otras se consiguieron batir las marcas, pero al volver al nivel del mar, muchos atletas pudieron comprobar como eran capaces de mejorar sus propias marcas.

Es aquí donde empieza a tomar cuerpo la técnica del LHTL (Living High Training Low), cuya traducción al castellano viene a significar 'vivir arriba y entrenarse abajo'. Y tras muchos estudios se descubre lo que hoy conocemos como Hipoxia Normobárica Domiciliaria, o lo que es lo mismo, la Cámara Hipobárica que utiliza Raúl y que produce una dilución del nitrógeno y el empobrecimiento del oxígeno en el aire en un espacio herméticamente cerrado. Todo ello tuvo su origen científico en la idea de que en la montaña, en donde hay menos disponibilidad de oxígeno en el aire, el cuerpo pone en funcionamientos varios mecanismos que potencian el rendimiento aeróbico, elevándose el nivel de los hematocritos y la concentración de hemoglobina, lo cual aporta ventajas inmediatas en materia de resistencia.

Solamente faltaba crear la forma de ponerlo en práctica, decidiéndose que lo más conveniente era bajo cámaras o tiendas móviles, llegándose incluso a aislar y blindar una habitación completa. De esta forma, se podía descansar en la altura y entrenarse en un hábitat cotidiano, creando ese espacio ficticio que simulase la estancia a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar y en el que se pudiese permanecer alrededor de seis u ocho horas, tiempo necesario para que el organismo se adapte a las nuevas condiciones.

El resultado no podía ser más esperanzador, por un lado el cuerpo nota que hay menos concentración de oxígeno, motivada por una mezcla de nitrógeno artificial, y se estimula la multiplicación de glóbulos rojos, por otro lado se mejora la capacidad de transmitir oxígeno a los músculos, se retrasa la aparición de la fatiga y se optimiza la capacidad de recuperación en el deportista, y por último se consigue que la hemoglobina no alcance límites preocupantes para la salud, manteniendo el estímulo del cuerpo en los momentos físicos más exigentes.

Es sabido por todos que en la montaña el porcentaje de oxígeno en el aire alcanza aproximadamente el 21%, manteniéndose siempre en el mismo nivel a pesar de que pueda aumentar la altitud y la sensación de ahogo del deportista, debido a la disminución de la presión. Una vez dicho lo anterior, se trata de empobrecer el aire que se respira durante el sueño, evitando el aumento de la presión y rebajando dicho porcentaje, mediante unas tablas en función de la altitud a simular, de tal manera que para un futbolista es conveniente no rebasar ní la frontera del 16% ní la de los 3.000 metros ficticios de altitud.

La utilización de este tipo de terapias puede ocasionar la alteración del sueño, siendo poco nocivo para la salud, como lo demuestra el hecho de que la Agencia Mundial Antidopaje no lo considere como una técnica prohibida, ya que se trata de un método natural similar al de dormir en una habitación de un chalet en la alta montaña o en un hotel de una estación de esquí que se encuentre a casi 3.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, adaptándose el cuerpo rápidamente a la falta de oxígeno. Aún viendo los excelentes resultados que se consiguen con su aplicación, cabe destacar que su implantación masiva dentro del mundo del fútbol está descartada por completo, debido a que tiene un valor de mercado muy elevado y no es fácil de amortizar, ya que los jugadores pasan gran parte del año de concentración en concentración y de un lugar para otro.

A modo de conclusión, podemos decir que las Cámaras Hipobáricas son un simulador de altitud que estimula la producción de glóbulos rojos, aumenta los hematocritos y produce mejoras entre un 3% y un 5% en el rendimiento y resistencia de los deportistas que lo utilizan, con unos efectos duraderos de aproximadamente 3 ó 4 semanas, mejorándose el transporte de oxígeno a los músculos y retrasándose la fatiga. Dentro de la Cámara Hipobárica las condiciones son de Hipoxia, ya que el aire sólo tiene un 12% de oxígeno en vez del 21% habitual y por ello se crean las condiciones de equivalencia de encontrarse a 2.500 ó 3.000 metros de altura, sin estar concentrado a esas altitudes, con lo que al final se logran unos efectos parecidos a los de la EPO, pero de forma totalmente legal, ya que al organismo se le induce de forma natural a aumentar el número de glóbulos rojos, sin administrar sustancias dopantes para ello. Cabe destacar que este sistema lo utilizan o lo han utilizado grandes deportistas como los ciclistas Lance Armstrong ó George Hincapié, la plusmarquista de maratón Paula Radcliffe, la nadadora Erika Villaécija, el subcampeón de Europa de cross Juan Carlos De la Ossa, el campeón de Europa de 10.000 metros Chema Martínez, el triatleta Ivan Raña, y muchos más.....

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