Apenas han pasado 48 horas desde que finalizase el 'Partido del Siglo' (otro más...) en el Camp Nou y aún sigue la polémica en torno al planteamiento de Juande Ramos sobre el césped del coliseo blaugrana. Mucho se está hablando a cerca de un tema al que yo no le doy mayor transcendencia.
Los defensores de Juande aseguran que si quería salir indemne del envite en Barcelona no le quedaba otra que ir a cerrar espacios y a marcar de cerca a los cracks blaugranas, mientras que los detractores del manchego comentan que el Mejor Equipo del Siglo XX no puede salir a jugar a ningún campo como si se tratase de un equipo pequeño y menos en Cataluña...
Es evidente que un equipo de la enjundia del merengue ha de salir a ganar y, a la vez, a convencer en todos y cada uno de los partidos que dispute. La historia de la camiseta del Real Madrid así lo requiere y en contra de ello no sería aconsejable ir. Ahora bien, como todo el mundo llevamos dentro de si mismos un entrenador, sería aconsejable puntualizar varios aspectos para intentar dar a conocer que hubiésemos hecho todos nosotros en vez de Juande.
El Real Madrid se presentaba en el Camp Nou con un equipo lleno de bajas. A saber, Marcelo y Robben por sanción, más Pepe, Heinze y Torres por lesión temporal, además de Van Nistelrooy, Diarrá y De la Red con baja indefinida hasta la próxima temporada. En total nueve bajas si le sumamos a Sneijder que tuvo que forzar para adecentar el medio del campo blanco. Si a estos jugadores les sumas un portero y un delantero te sale un equipo más o menos titular solamente en bajas: Casillas; Torres, Pepe, Heinze, Marcelo; Sneijder, Diarrá, De la Red; Higuaín, Van Nistelrooy y Robben.
Si buscamos en la plantilla del Barça a los pares de las bajas merengues y los hubiésemos quitado de la alineación, no podrían haber contado para Guardiola jugadores como Abidal, Messi, Puyol, Márquez, Cáceres, Eto'o, Touré o Hleb, con lo que el técnico catalán lo más preciado que hubiese podido poner sobre el terreno de juego hubiese sido algo parecido a: Valdés; Alves, Piqué, Keita, Silvinho; Xabi, Busquets, Godjohnsen; Pedrito, Bojan y Henry.
No nos vamos a engañar, del equipo que presentó Guardiola a este ficticio que acabo de detallar con anterioridad van mil mundos. ¿O acaso el Barça no hubiese salido goleado de un campo como el Bernabéu con tantas bajas? El año pasado con el equipo al completo le cayeron cuatro.
Los catalanes se presentaban ante el gran clásico como máximos goleadores y menos goleados del campeonato, además de llevar una línea ascendente en todo lo que va de temporada, tanto en juego como en resultados. Los madrileños llegaban con un equipo descosido por todos los lados, con bastantes goles a favor pero con una exageración de goles encajados, además de una dinámica negativa en cuanto a juego y resultados.
Poco menos que he podido leer y escuchar en varios sitios que la pareja de centrales blancos, formada por Cannavaro y Metzelder, hicieron uno de sus mejores partidos desde que están en el Real Madrid. ¿Se imaginan lo que hubiese pasado si Juande hubiese puesto la defensa adelantada con Fabio y Christoph en el centro? Pues no quiero ni pensarlo, ya que la masacre hubiese sido histórica. El italiano y el alemán funcionan de maravilla en sus respectivos combinados nacionales ya que la línea defensiva de ambas selecciones apenas sale unos metros del área grande. Por contra, las vergüenzas de ambos centrales salen a la luz cuando tienen que cubrir demasiado campo a sus espaldas y recular... La defensa de este equipo es una con Pepe y otra sin él: no hay dinero en el mundo que pague su aportación a la zaga del Real Madrid.
Recién aterrizado en la casa blanca tras el cese de Schuster y con un partido trampa de por medio, como era el del Zenit de San Petersburgo, en el que había poco que ganar (pues la Juve era poco probable que perdiese en casa frente al Bate Borisov) y mucho que perder (sobre todo de cara a la afición), Juande Ramos se presentaba en el Camp Nou con las dudas bastante despejadas a cerca de como afrontar el gran clásico de nuestra liga.
Y se mire como se mire, pese a que hay quien dice que la única opción que tenía el Real Madrid para reengancharse a la lucha por el liderato era salir y plantar cara al Barça para traerse a la capital los tres puntos en juego, al técnico manchego no le quedaba otra que intentar capear el temporal de la mejor forma posible. Y esta no era otra que no le pintasen la cara durante el partido.
Con un equipo de guerreros defendiendo la fortaleza de Casillas, Juande Ramos le ganó, sin duda alguna, la partida táctica de ajedrez al bisoño Guardiola con un par de contras mortales que bien pudieron decantar el partido del lado merengue. El Barcelona tuvo toda la posesión del balón, pero de forma estéril, ya que fue uno de los partidos más cómodos de Casillas en la ciudad condal, con la salvedad del penalty detenido y de un par de intervenciones meritorias. ¿O acaso alguien duda que si en vez de ser Drenthe es Robben el que se planta delante de Valdés la pelota hubiese acabado dentro de las mallas? Y ahí la película hubiese cambiado por completo, ya que los pupilos de Pep hubiesen caído victimas de su propia ansiedad, que no fue otra que querer meter antes el segundo gol que el primero.
Y por ahí pasaba la única opción objetiva de sacar algo positivo del Camp Nou, con orden defensivo, con las líneas muy juntas evitando generar espacios para el contrario, flotando a Puyol y a Touré para que fuesen ellos los encargados de subir la pelota y siguiendo muy de cerca las evoluciones tanto de Xavi como de Messi, sin los cuales este Barça deja de ser un gran equipo para ser simplemente un equipo. El técnico manchego con las variantes tácticas que incluyó en el equipo sabía que se la jugaba a cara o cruz y en esta ocasión la moneda cayó del lado de la cruz... En estos casos, los que ahora lo están crucificando lo hubiesen mitificado de haber salido otra cosa en la dichosa moneda...
Si el anterior entrenador reconoció abiertamente que no era capaz de conseguir la victoria en el Camp Nou, el bueno de Juande al menos lo intentó que tal y como estaban las cosas no fue poco... y a punto estuvo de conseguirlo (al menos un empate), lo que pasa es que como dice el refrán también es cierto que quién juega con fuego al final se acaba quemando y eso es lo que le pasó al Real Madrid, que tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió del lado blaugrana. En cualquier caso, dicho sea de paso, solventada ya la papeleta del Barcelona, a partir de ahora el artilugio táctico de Juande el pasado Sábado debe desterrarse al baúl de los recuerdos y apostar por algo más del Real Madrid de toda la vida....
Los defensores de Juande aseguran que si quería salir indemne del envite en Barcelona no le quedaba otra que ir a cerrar espacios y a marcar de cerca a los cracks blaugranas, mientras que los detractores del manchego comentan que el Mejor Equipo del Siglo XX no puede salir a jugar a ningún campo como si se tratase de un equipo pequeño y menos en Cataluña...
Es evidente que un equipo de la enjundia del merengue ha de salir a ganar y, a la vez, a convencer en todos y cada uno de los partidos que dispute. La historia de la camiseta del Real Madrid así lo requiere y en contra de ello no sería aconsejable ir. Ahora bien, como todo el mundo llevamos dentro de si mismos un entrenador, sería aconsejable puntualizar varios aspectos para intentar dar a conocer que hubiésemos hecho todos nosotros en vez de Juande.
El Real Madrid se presentaba en el Camp Nou con un equipo lleno de bajas. A saber, Marcelo y Robben por sanción, más Pepe, Heinze y Torres por lesión temporal, además de Van Nistelrooy, Diarrá y De la Red con baja indefinida hasta la próxima temporada. En total nueve bajas si le sumamos a Sneijder que tuvo que forzar para adecentar el medio del campo blanco. Si a estos jugadores les sumas un portero y un delantero te sale un equipo más o menos titular solamente en bajas: Casillas; Torres, Pepe, Heinze, Marcelo; Sneijder, Diarrá, De la Red; Higuaín, Van Nistelrooy y Robben.
Si buscamos en la plantilla del Barça a los pares de las bajas merengues y los hubiésemos quitado de la alineación, no podrían haber contado para Guardiola jugadores como Abidal, Messi, Puyol, Márquez, Cáceres, Eto'o, Touré o Hleb, con lo que el técnico catalán lo más preciado que hubiese podido poner sobre el terreno de juego hubiese sido algo parecido a: Valdés; Alves, Piqué, Keita, Silvinho; Xabi, Busquets, Godjohnsen; Pedrito, Bojan y Henry.
No nos vamos a engañar, del equipo que presentó Guardiola a este ficticio que acabo de detallar con anterioridad van mil mundos. ¿O acaso el Barça no hubiese salido goleado de un campo como el Bernabéu con tantas bajas? El año pasado con el equipo al completo le cayeron cuatro.
Los catalanes se presentaban ante el gran clásico como máximos goleadores y menos goleados del campeonato, además de llevar una línea ascendente en todo lo que va de temporada, tanto en juego como en resultados. Los madrileños llegaban con un equipo descosido por todos los lados, con bastantes goles a favor pero con una exageración de goles encajados, además de una dinámica negativa en cuanto a juego y resultados.
Poco menos que he podido leer y escuchar en varios sitios que la pareja de centrales blancos, formada por Cannavaro y Metzelder, hicieron uno de sus mejores partidos desde que están en el Real Madrid. ¿Se imaginan lo que hubiese pasado si Juande hubiese puesto la defensa adelantada con Fabio y Christoph en el centro? Pues no quiero ni pensarlo, ya que la masacre hubiese sido histórica. El italiano y el alemán funcionan de maravilla en sus respectivos combinados nacionales ya que la línea defensiva de ambas selecciones apenas sale unos metros del área grande. Por contra, las vergüenzas de ambos centrales salen a la luz cuando tienen que cubrir demasiado campo a sus espaldas y recular... La defensa de este equipo es una con Pepe y otra sin él: no hay dinero en el mundo que pague su aportación a la zaga del Real Madrid.
Recién aterrizado en la casa blanca tras el cese de Schuster y con un partido trampa de por medio, como era el del Zenit de San Petersburgo, en el que había poco que ganar (pues la Juve era poco probable que perdiese en casa frente al Bate Borisov) y mucho que perder (sobre todo de cara a la afición), Juande Ramos se presentaba en el Camp Nou con las dudas bastante despejadas a cerca de como afrontar el gran clásico de nuestra liga.
Y se mire como se mire, pese a que hay quien dice que la única opción que tenía el Real Madrid para reengancharse a la lucha por el liderato era salir y plantar cara al Barça para traerse a la capital los tres puntos en juego, al técnico manchego no le quedaba otra que intentar capear el temporal de la mejor forma posible. Y esta no era otra que no le pintasen la cara durante el partido.
Con un equipo de guerreros defendiendo la fortaleza de Casillas, Juande Ramos le ganó, sin duda alguna, la partida táctica de ajedrez al bisoño Guardiola con un par de contras mortales que bien pudieron decantar el partido del lado merengue. El Barcelona tuvo toda la posesión del balón, pero de forma estéril, ya que fue uno de los partidos más cómodos de Casillas en la ciudad condal, con la salvedad del penalty detenido y de un par de intervenciones meritorias. ¿O acaso alguien duda que si en vez de ser Drenthe es Robben el que se planta delante de Valdés la pelota hubiese acabado dentro de las mallas? Y ahí la película hubiese cambiado por completo, ya que los pupilos de Pep hubiesen caído victimas de su propia ansiedad, que no fue otra que querer meter antes el segundo gol que el primero.
Y por ahí pasaba la única opción objetiva de sacar algo positivo del Camp Nou, con orden defensivo, con las líneas muy juntas evitando generar espacios para el contrario, flotando a Puyol y a Touré para que fuesen ellos los encargados de subir la pelota y siguiendo muy de cerca las evoluciones tanto de Xavi como de Messi, sin los cuales este Barça deja de ser un gran equipo para ser simplemente un equipo. El técnico manchego con las variantes tácticas que incluyó en el equipo sabía que se la jugaba a cara o cruz y en esta ocasión la moneda cayó del lado de la cruz... En estos casos, los que ahora lo están crucificando lo hubiesen mitificado de haber salido otra cosa en la dichosa moneda...
Si el anterior entrenador reconoció abiertamente que no era capaz de conseguir la victoria en el Camp Nou, el bueno de Juande al menos lo intentó que tal y como estaban las cosas no fue poco... y a punto estuvo de conseguirlo (al menos un empate), lo que pasa es que como dice el refrán también es cierto que quién juega con fuego al final se acaba quemando y eso es lo que le pasó al Real Madrid, que tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió del lado blaugrana. En cualquier caso, dicho sea de paso, solventada ya la papeleta del Barcelona, a partir de ahora el artilugio táctico de Juande el pasado Sábado debe desterrarse al baúl de los recuerdos y apostar por algo más del Real Madrid de toda la vida....
No hay comentarios:
Publicar un comentario